martes, 25 de mayo de 2010

El día de la Pelusa

Llegó el día de la pelusa. Esos abundantes árboles que aquí llaman "plátano de sombra" estallan en una orgía de pelusas voladoras que se meten en los ojos, en la nariz y en todas partes. Con la pelusa también llega el polen y el aire seco y yo, a pesar de haber sido criado entre monte y ganado, que jugué con barro siendo bebecito y que nunca sufrí de ninguna alergia rara, comienzo a estornudar inconteniblemente.


Sí. Llegó el día de la pelusa y fue el jueves pasado. Paré el carro en una de esas largas avenidas de Pozuelo, llena de plátanos de sombra, y apenas abrí la puerta se me llenó de pelusa. Afuera era como si nevara pelusa, y la pelusa revoloteaba alegremente haciendo burla de mí y de todos. Una señora pasó por delante de mí con un perrito faldero estornudando ¡Y es que hasta los perros estornudan el día de la pelusa!

Después de estornudar dos días seguidos, mi nariz comenzó a sangrar. Ya no bastaba un simple pañuelito o una servilleta, no... había que andar apertrechado para solventar la contingencia de venirme en sangre por un estornudo, y la cosa iba a peor. El sábado me sentí realmente mal... afiebrado, sin fuerzas y con dolor en los músculos del cuello, el abdomen y los brazos. Ya el domingo estaba tan afectado que mientras hacía el mercado me di cuenta que empujar el carrito de la compra se había convertido en una tarea ardua y dolorosa.

Para completar el cuadro, el estómago se me aflojó. Empecé a dar del cuerpo con una fluida nata verde y espumosa y fue entonces cuando decidí ir al médico. Después de verme todas mis dolencias (las agudas, las crónicas, las reales y las hipocondríacas) la doctora me recetó un antihistamínico fuerte y pasar un día sin comer, a punta de suero hiposódico (estoy convencido de que ese asqueroso brevage lo inventaron los médicos sólo como medida de retaliación contra quienes los importunamos con consultas hipocondríacas como esto de la alergia a la pelusa).

He de confesar que no fui capaz de soportarlo. Antes de cumplir 20 horas de ayuno me zampé un buen pedazo de pizza "arreglada" con trocitos de jamón, champiñones y hojas de albahaca... ya les contaré qué pasó con mi estómago.

1 comentario:

  1. jajajaj, pues si que estamos buenos jajajajaj.. así no hay manera de pasar una primavera decentemente, jajajajaj... lo de las pelusillas estas es muy incómodo, a mi el otro día se me metieron en el coche las muy jodias, jajajaj

    Un beso cielo

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